6 nov. 2007

La gente que me gusta - Dime de qué presumes y te diré de qué careces





Primero que todo me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que no haga las cosas, sino que sabe lo que hace y lo hace en menos tiempo que el esperado.

Me gusta la gente que entiende que lo que hacen los demás, lo hacen por algún motivo aunque solo pueda entenderlo aquel que hace las cosas, y me gusta la gente que si critica eso que no entiende, lo hace de manera constructiva, respetuosa y productiva.
Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus actuaciones.

Me gusta la gente que tiene la capacidad de olvidar momentaneamente su YO y se puede poner un ratito en el VOS, y es consecuente y no descontextualiza y te sale con un martes 13 cuando ya estas en jueves 18.
La gente que no deja las soluciones al azar.

Porque personalmente no creo en el azar como acto fortuito sino como consecuencia y causalidad.
Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, pero que no pierde de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.

Me gusta la gente que permite que seamos como somos, mas allá de que le guste o no le guste, la gente que nos deja ser sin pretender generar un sentimiento de culpa que solo refleja sus propios miedos o limitaciones.
Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.

Y admiro a quienes han podido descubrirlo, porque aun sigo pensando que los esfuerzos individuales engrandecen el espíritu también.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.

Y la gente que sabe la invaluable importancia de la paz.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables a las decisiones de su jefe.

Y la gente sincera y franca consigo misma.
Me gusta la gente de criterio.

(¿Cómo se mide "el criterio"?)

La gente que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo, o que se equivocó, y la que, al aceptar sus errores, se esfuerza constructivamente para no volver a cometerlos.

Y lo hace francamente... y vuelve a meterse en el mismo rollo para no quedarse con la pena de no volver a intentarlo y no pierde la oportunidad de conseguir mejores resultados.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente. A todos los llamo: mis amigos.

Los amigos, así como la familia y la paz, son uno de los mayores tesoros de los cuales no puedo prescindir.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideales se trata.

Aunque los arremetan de criticas y objeciones, porque la vida es experiencia y la experiencia debe ser propia para que se convierta en verdadero aprendizaje.
Me gusta la gente de garra que entiende los obstáculos como un reto.

Y los admiro al punto de querer que me contagien esa creencia.
Me gusta la gente que no trabaja por resultados e intereses materiales.

Existen los resultados o intereses materiales? O son simplemente una careta que se pone a intereses y resultados espirituales y psicológicos?
Con gente como esta me comprometo a lo que sea, así no reciba retribución alguna, ya que con tener esa gente a mi lado he sido retribuido.

Porque esa gente me hace crecer, me acompaña en este camino, me llena la vida de pequeñas alegrías (léase "grandes triunfos" para mi), me regala momentos como flashes de película y hacen que no me sienta sola.


Me gusta la gente que me conoce y que aun sabiendo que soy una jodida de mierda, me quiere y me acepta.

La gente que sabe callar cuando hace falta y la que sabe hablar cuando es necesario.

La gente que distingue entre la necesidad de un abrazo o una palabra.

La gente que respeta los silencios de los demás y puede llegar a compartirlos.

La gente que no toma como personal la necesidad que algunos tienen a veces de estar solos.









NOTA: El texto en rojo se presume de autoría de Mario Benedetti, no puedo asegurarlo.

El texto gris es mio.

1 comentario:

Max dijo...

nice, te robe una frase tuya, gracias