Marzo: te quiero... igual

Se fue Marzo. Pero se va con menos de lo que llegó.

Dejó malos y buenos momentos, días de sol y momentos de sombras, ruidos, calma, encuentros tristes y buenos reencuentros.

Se vá un Marzo más en mi historia. El Marzo de mis 33 me deja en pleno otoño limeño pero sabe que para mi empezó la primavera. Ya no le doy vueltas al café con la cuchara en sentido horario... probé hacerlo al revés y la verdad no estuvo mal, pero al final preferí algo mas radical: me decidí por tomar mate. Estoy volviendo a mis raíces en todo sentido.

Dejar el faso... mmm... los parches se están acumulando en el cajón: la verdad no tengo ganas. Pero al menos tomé conciencia de que 40 al día me iban a matar demasiado rápido... La meta del mes próximo: de 30 a 20.

Hay que proponerse metas reales y alcanzables, no sirve de nada soñar despierto con resultados que escapan a la lógica, a la conciencia y a las posibilidades.

La vida cambia a cada minuto, es verdad, es una sucesión de eventos (fortuitos dicen algunos, causales digo yo) que desencadenan resultados y que sirven como base para los siguientes cambios. Mutación permanente.

En Marzo conocí a Syd Barret y por ende al I Ching: no voy a tirarme las moneditas antes de tomar ninguna decisión pero me pareció un libro repleto de sabiduría con buenas pautas. Lo dejo entre los libros de consulta, al lado de Platero y yo, jejeje.

Volví a pintar y me reencontré con la escritura.

Vino mi viejo y lo pasamos bárbaro también. Pudo hacerme todas las preguntas que siempre se le quedaban en el tintero cuando hablamos por teléfono y terminó -por fin- de entenderme. Pensé que me iba a juzgar mal pero no...

Esa es mi meta para Abril: dejar de prejuzgar... puta, una meta bastante complicada pero lo intentaré, que se yo... capaz lo logro.

En Marzo reconfirmé que soy una celosa de miércoles; comprendí que entregar todo no resulta en tener; aprendí que en dar hay la gratificación que en recibir aunque no necesariamente el mismo placer; me dí cuenta de que no tengo necesidad de "poder con todo" instantáneamente; me reconocí un ejemplo imponente del signo cáncer; logré mantener conversaciones con él sin necesidad de putearlo o seguir guardando rencores; me hice mucho más amiga de mis hijos.

También ví lo que no quería ver: estoy despechada. Es que esa palabrita siempre me sonaba tan fea... (http://www.rae.es/), pero bueno, no se puede tapar el sol con un dedo.

Me gustó Marzo y por eso como se fue le mando un abrazo.

Nos vemos, cuidate.

Ahora volteo la página: Abril... con el ombligo en flor pero un final feliz cambiándole la temática a Baglietto.

A propósito de ombligos: a ver si este mes me animo con el piercing.

Auf Wiedersehen März.

Te quiero pero te llevaste la flor y me dejaste el florero/te quiero/me dejaste la ceniza y te llevaste el cenicero/te quiero pero te llevaste marzo y te rendiste en febrero/primero te quiero igual/te quiero/te llevaste la cabeza y me dejaste el sombrero/te quiero pero te olvidaste abril en el ropero pero igual te quiero/no me gusta esperar pero igual te espero/primero te quiero/igual te quiero/me dejaste el florero y te llevaste la flor pero igual te quiero/me dejaste el vestido y te llevaste el amor/te quiero pero te olvidaste abril en el ropero/primero te quiero igual/no sé si estoy despierto o tengo los ojos abiertos/te quiero, no sé si estoy despierto o tengo los ojos abiertos/sé que te quiero y que me esperan más aeropuertos/te quiero/te llevaste la vela y me dejaste el entierro/primero te quiero igual/te quiero pero te llevaste la flor y me dejaste el florero/te quiero/me dejaste la ceniza y te llevaste el cenicero/te quiero pero te llevaste marzo y te rendiste en febrero/primero te quiero igual